La oración es un puro don, un gran regalo de Dios. Así la entiende también Lewis. Con su habitual brillantez, se sirve de la correspondencia que mantiene con otro intelectual, para aportar luz sobre cuestiones como: qué va
La oración es un puro don, un gran regalo de Dios. Así la entiende también Lewis. Con su habitual brillantez, se sirve de la correspondencia que mantiene con otro intelectual, para aportar luz sobre cuestiones como: qué va